Salmorejo Cordobés a la Antigua con Salmón Marinado.

 



Ingredientes:
  •  100gr. Pan seco con semillas.  
  •  3Ud, Naranjas de zumo. ( yo he utilizado naranjas rojas aprovechando la temporada.)
  •  12Ud. Almendras tostadas y peladas.
  •  4Ud. Pimientos rojos del piquillo asados.
  •  1Ud. Diente de ajo pelado.
  •  2gr. Sal.
  • AOVE.
  • Vinagre
  • Salmón Marinado. (Vegano sin el salmón, con salmón buscar ( https://lacuinadejoan1969.blogspot.com/2023/04/gravlax-salmon-marinado.html )

Elaboración:
  1. Con el pan bien seco lo desmigamos en el bote de la batidora.
  2. Pelamos las naranjas retirando lo blanco que deja la piel.
  3. Ponemos los pimientos rojos, el ajo, la sal y las almendras y lo batimos bien fino.
  4.  Pasamos por el colador, asi evitaremos pieles o particulas desagrabable en boca, reservamos en la nevera para que se enfrié antes de servirla.
  5. Preparamos el salmón en tiras finas y con el molde lo preparamos y reservamos en la nevera. (Vegano sin el salmón, con salmón buscar en https://lacuinadejoan1969.blogspot.com/2023/04/gravlax-salmon-marinado.html )
  6. Antes de servir nuestro salmorejo le pondremos el aceite a hilo y lo emulsionamos.
  7. Sacamos el plato con el salmón y servimos alrededor del molde, le ponemos un poco de sal gorda y servimos.
      6. Servimos en un plato fondo y ponemos un poco de sal gorda.

Un poco de historia:


De primeras, leer que un salmorejo no lleva tomate puede sonar muy curioso e incluso paradójico, sin embargo, como han explicado en Ahora o Nunca, antes del descubrimiento de América y de que llegara a España la semilla del tomate, en Córdoba usaban otros ingredientes para elaborar su tradicional salmorejo. ¿Cómo qué? Otras frutas que aportaran sabor y frescura. De ahí nace este salmorejo de naranja, una receta que se puede elaborar apenas con ayuda de un mortero y que estará lista en tan solo unos minutos¡Dejarás a todos con la boca abierta!

El tomate, junto con el maíz, la patata, el chile y la batata fueron introducidos en España a principios del siglo XVI gracias a los viajes de Colón. Probablemente, el tomate llegó en primer lugar a Sevilla, que era uno de los principales centros del comercio internacional, en particular con Italia.


La llegada del tomate a Europa no está clara. Se especula que la primera parada y posterior aclimatación pudo haberse producido en las islas Canarias, pero no hay certeza. Algunos estudiosos sostienen que entró por La Coruña, enviado por Hernán Cortés como regalo a los reyes y otros, como el investigador Carlos Azcoitia, defienden su entrada por Sevilla basándose, principalmente, en la actividad de su puerto desde el que, casi de inmediato, se llevó a Italia. España e Italia fueron los primeros países en cultivar el tomate fuera de América del Sur. Las diversas conquistas difundieron la planta por el resto del mundo. Españoles y portugueses llevaron el tomate a Oriente Medio y África, así como a Filipinas. Estos últimos se encargaron de hacerlo llegar al continente asiático. De Europa llegó también a Estados Unidos y Canadá.

Cuando los españoles lo trajeron, el tomate era un fruto pequeño del tamaño de una guinda y se consideró una planta ornamental. Al principio no se usaba como alimento, ya que se pensaba que era venenoso y hasta afrodisíaco, desatándose suspicacias y leyendas sobre sus efectos. Tampoco los científicos de la época (s. XVI y XVII) se ponían de acuerdo sobre sus propiedades, lo que afianzó esa reticencia a su consumo y sólo se plantaba para decoración.





























































































































































































































































































































































































































































































































































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