INGREDIENTES:
- 150gr. Chocolate 70%.
- 150gr. Mantequilla pomada.
- 240ml. Huevo pasteurizado.
- 100gr. Azúcar.
- 70gr. Harina.
PREPARACIÓN:
- Ponemos en un bol el chocolate y la mantequilla y fundimos al baño maría, integrando con las varillas y reservamos en el bol sin que se enfrié.
- Ponemos el huevo con el azúcar integramos con varillas de mano, una vez integrado pasamos la mezcla al bol de chocolate, integramos y añadimos la harina tamizándola e integramos.
- Pasamos la masa a una manga pastelera
- Ponemos los moldes en la bandeja del horno con un papel sulfurizado en la base y ponemos también en el borde del molde (Yo utilizo un aro de inox de 4cm x 9cm de alto.) Así ayudaremos a desmoldar Con la manga vamos poniendo la elaboración hasta la mitad del molde y ponemos un trozo de chocolate, seguimos poniendo el resto de la elaboración sin pasar del 75% de capacidad del molde, lo llevamos al horno precalentado a 190ºC unos 10”.
Un bizcocho que, al partirlo provocamos una erupción de chocolate derretido… Absolutamente irresistible a los sentidos. Ese era el objetivo que buscaba el chef francés Michel Bras cuando creó el coulant de chocolate. Fue en los años 80, durante un viaje familiar de esquí, cuando lo llegó la inspiración al cocinero galo, que permitió que creara uno de los postres más internacionales y exitosos de la historia.
Pero ¿cómo fue ese proceso de creación? Durante esa escapada a la nieve, hizo muy mal tiempo, y todo el grupo tuvo que volver a la cabaña donde se alojaban. Reunidos a cubierto y resguardados del frío, tomaron chocolate a la taza. Michel decidió recrear ese momento en un postre: un irresistible chocolate resguardado en el interior de un bizcocho y que fluyera de su interior. La creación de perfeccionó posteriormente haciendo pruebas y más pruebas, hasta conseguir un bizcocho capaz de atesorar en su interior chocolate fundido.
El nombre elegido fue coulant, que deriva directamente de la característica lingüísticas del verbo »couler» que a su traducción significa fluido, derretido. Pero no es un nombre tan internacional como el propio postre, ya que en algunos países adopta otras nomenclaturas: en Argentina se llama volcán de chocolate, y en Italia es conocido como soffiato.
El postre fue patentado por Michel Bras en 1981 en su restaurante de tres estrellas Michelin Laguiole, situado al suroeste de Francia, en la meseta de l’Aubrac. Necesitó dos años de pruebas. El original era un bizcocho de chocolate con una porción de ganache congelada en su interior, que se volvía líquida con el calor del horno y rezumaba al cortar el exterior.
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