INGREDIENTES:
- 350 gr de harina de trigo.
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra.
- 100 ml de aceite de semillas o de girasol.
- 250 ml de leche.
- 3 huevos.
- 200 gr de azúcar blanco.
- 1 pizca de sal (la que puedas coger con dos dedos).
- 1 sobre de levadura química de 16 gr (la solemos encontrar como levadura Royal»).
- La ralladura de 1/2 limón.
PREPARACIÓN:
- Ralla la cáscara de limón y añádela a la mezcla junto con la sal.
- Incorpora poco a poco el aceite, tanto el de oliva como el de semillas y ve mezclándolo para que se integre bien.
- A continuación, vierte la leche, también poco a poco, y mezcla.
- Añade la harina y la levadura tamizadas, es decir, haciéndolas pasar por un colador para que no caigan con grumos ni apelmazadas. Vuelve a batirlo todo hasta que no haya ningún grumo.
- Ahora es muy importante que respetes un cierto reposo de la masa. Realmente puedes directamente preparar la masa y ponerlas en los moldes y al horno, pero para conseguir un acabado perfectamente esponjoso lo ideal es que tapes el bol con papel film y lo introduzcas en la nevera. Si quieres puedes dejar la masa lista desde la noche anterior, pero realmente con 30 minutos (que es lo que hemos dejado esta vez las magdalenas y ya ves cómo han salido) será suficiente.
- Precalienta el horno a 200 ºC.
- Ponemos en el molde para magdalenas las cápsulas de papel o bien utiliza directamente cápsulas de silicona sobre una bandeja de horno y vierte en ellos la masa, de forma que solo ocupen las 3/4 partes del mismo para que la masa no se derrame y tienda a ese copete superior que buscamos.
- Es opcional, pero te recomiendo espolvorear un poquito de azúcar blanco encima de la masa para que se forme la característica costra de azúcar que le da el toque tradicional y artesano definitivo. Eso sí, no te pases, solo un poquito (lo que puedas pellizcar con dos dedos) porque si le echas demasiado puedes arruinar la subida de la masa debido al peso.
- Cuando el horno esté a 200ºC introduce el molde en la bandeja del horno, en media altura, y hornea entre 15 y 20 minutos. Recuerda poner solamente la resistencia de arriba y la de abajo, nada de ventilador central, porque si tu horno no reparte bien el calor cada magdalena quedará más subida de un lado que de otro. Y por supuesto, ni se te ocurra abrir la puerta del horno a media cocción porque dejarían de subir.
- Estarán listas cuando se empiecen a dorar ligeramente, y estate pendiente porque puede ser cuestión de un minuto más que empiecen a tomar un tono demasiado oscuro. Si tienes dudas, haz la prueba del palillo: pincha con un palillo una magdalena, y si sale sin restos pegados, están listas. Si no es así déjalas algún minutillo más.
Recomendación:
Estas se pueden usar de desayuno, merienda o postres, en su elaboración las podemos crear fácilmente con chocolate, almendra, pistachos, miel o aquello que se nos pase por la cabeza, lo podemos integrar en su masa o en su cabeza igual que el azúcar.
Disfrutar de la buen pastelería y esta sin gluten.
Un poco de Historia:
Según el Larousse Gastronómico, el secreto de la fabricación se atribuye a Commercy, ciudad súbdita del rey polaco Stanislas Leszcynski (1676-1766). Se cuenta que en 1755 el soberano descubrió esta preparación realizada por una joven campesina.
El rey Leszczynski (y el resto de comensales) quedó maravillado por la creación y decidió darles el nombre de madeleines. Desde aquí se extendieron a otras Cortes europeas y poco a poco fueron alcanzando gran notoriedad.
Entran ganas de prepararlas!!! Muchas gracias por compartir!
ResponderEliminarAnímate , son geniales
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